Este café es un pedazo de cualquier otro lugar del mapa, pero en medio del centro de Santiago. En serio.
Ubicado en Morandé 243 (entre Agustinas y Compañía) el Café del 10 ofrece un ambiente muy tranquilo, con una decoración cuidada y algo hipsterosa, tirada a la madera y al ladrillo a la vista. Con mucha personalidad, lo que verdaderamente da gusto en un entorno que tiende a lo plano.
Ahora, vamos a lo importante: la comida.
En este ámbito, se nota que sus dueños le han puesto ojo a los productos que ofrecen para diferenciarse de la oferta circundante: ensaladas generosas en jamón crudo, pasteles veganos, otros sin azúcar y otros generosos en azúcar chocolate belga y pecado, son parte de una carta buena para un almuerzo al pasar o un cafecito bien conversado.
Además, tienen los jugos Viibo prensados en frío y hace poco incorporaron los chocolates Nicole y Cédric (que si no los han probado, dejen de leer esto y vayan ya mismo) que son una maravilla (la caja tiene un precio cercano a los 5 mil).
En general, se llena a la hora de almuerzo, por lo que mi recomendación es llegar antes de las 13.30 y buscar una mesa en el segundo piso, que tiene bastante espacio.